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¿Qué es una adquisición hostil?

Fila de empresarios severos sentados en la mesa de conferencias

Shannon Fagan/Getty Images

Partes de este artículo se redactaron utilizando una plataforma interna de concepción de estilo natural. El artículo fue revisado, verificado y editado por nuestro equipo editorial.

Una adquisición hostil ocurre cuando una empresa o un individuo intenta obtener el control de una empresa objetivo eludiendo a su gestión y trabazón directiva. Eso es lo que hace que la adquisición sea hostil: fusionarse o coger una empresa en contra de los deseos de la dirección de esa empresa.

Las adquisiciones hostiles pueden ser una distracción importante para las empresas y algunas emplean una variedad de tácticas defensivas para proteger el poder de toma de decisiones de su suministro y frustrar una adquisición hostil. Esto es lo que debe memorizar sobre las adquisiciones hostiles y cómo funcionan.

Cómo funciona una adquisición hostil

Las adquisiciones hostiles a menudo comienzan como ofertas amistosas. La empresa adquirente puede hacer una propuesta a la empresa objetivo mientras trabaja silenciosamente en segundo plano para convencer a los miembros de la trabazón directiva y a la dirección de que acepten el trato. Las cosas se vuelven hostiles una vez que el directorio de la empresa objetivo rechaza el trato y el adquirente acude directamente a los accionistas.

El adquirente puede forzar el trato de una de tres formas principales:

  • Ofertas de puja: Las ofertas públicas de adquisición suelen ser una propuesta para comprar acciones con una prima sobre su precio de mercado y solo duran un tiempo específico. Para que la adquisición hostil tenga éxito, el adquirente necesitaría que la mayoría de las acciones aceptara la propuesta pública.
  • Peleas de poder: Una lucha por poderes reemplaza a los actuales miembros de la trabazón directiva que se oponen a la adquisición por representantes del posible adquirente. El adquirente haría su propuesta a los accionistas con la esperanza de que voten su poder a auspicio de su cinta de candidatos a directores.
  • Compras de acciones: Una empresa o clan de inversores además puede comprar acciones en el mercado despejado como una forma de triunfar influencia o control sobre una empresa. Sin incautación, una vez que se alcanza un cierto entrada de propiedad, las compras deben revelarse, lo que podría desencadenar una defensa hostil contra la adquisición por parte de la dirección de la empresa objetivo.
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Las adquisiciones hostiles suelen estar dirigidas a empresas establecidas con un historial de bajo rendimiento. Si la dirección no ha tomado medidas concretas para corregir el bajo rendimiento, los inversores externos u otras empresas pueden intentar involucrarse con una propuesta hostil. Oportuno al bajo desempeño, los accionistas existentes pueden estar más dispuestos a aceptar una adquisición hostil, o al menos implementar cambios a nivel gerencial o del directorio.

Las adquisiciones hostiles pueden causar muchos trastornos a la empresa objetivo y a sus empleados. Puede provocar despidos masivos, ya que el adquirente rebusca sujetar costos y aumentar la rentabilidad. Los nuevos propietarios además pueden intentar eliminar unidades de negocio de bajo rendimiento o cambiar las prioridades de asignación de haber en un intento de hacer que la empresa sea más rentable o rentable.

Adquisición hostil contra adquisición amistosa

Una adquisición puede ser afectuoso si la empresa objetivo apoya el acuerdo propuesto, pero las cosas pueden ponerse feas si el acuerdo se vuelve hostil.

En una adquisición amistosa, el adquirente y la empresa objetivo a menudo han estado en conversaciones o negociaciones durante semanas o meses antiguamente de anunciar un acuerdo. El objetivo puede aceptar compartir cierta información con el postor para informar mejor el posible acuerdo. Una vez que se llega a un acuerdo, las dos empresas anuncian la adquisición juntas y, a menudo, realizan llamadas con accionistas y analistas para promocionar los beneficios del acuerdo.

Por el contrario, las adquisiciones hostiles a menudo se producen a posteriori de que la dirección de la empresa objetivo haya rechazado o se haya inhábil a colaborar con el adquirente potencial. El adquirente apela directamente a los accionistas del objetivo, ofreciendo normalmente un precio superior por las acciones y un plan para mejorar las perspectivas futuras de la empresa. La dirección puede intentar manchar la reputación del adquirente o pintar a un clan de inversores como asaltantes corporativos en un intento de conseguir que los accionistas rechacen cualquier propuesta.

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Defensas hostiles en presencia de adquisiciones

Si los directores y la dirección de una empresa objetivo quieren defenderse de una propuesta pública de adquisición hostil, estas son algunas de las estrategias más típicas:

  • Altruista blanco: La defensa del distinguido blanco implica que la empresa objetivo encuentre un comprador más afectuoso que el adquirente potencial. El distinguido blanco puede ser una empresa que acepta coger el objetivo en su totalidad, o podría ser un gran inversor.
  • Correo verde: Greenmail ocurre cuando una empresa acepta comprar acciones a un precio inflado de uno de sus inversores. La empresa está dispuesta a abonar más para deshacerse del inversor. Algunas empresas han recogido disposiciones que les impiden abonar una perturbación porque se considera que la medida protege a la gestión a costas de los accionistas.
  • Plan de derechos de los accionistas: Todavía conocida como “píldora venenosa”, las empresas objetivo utilizan esta organización para hacer que sus acciones no sean atractivas para el postor potencial. Pueden permitir a los accionistas existentes comprar acciones con descuento en un esfuerzo por diluir sus acciones y deslindar la capacidad del adquirente para obtener el control.
  • Tablero escalonado: Las empresas pueden dividir los términos de servicio de los miembros de su trabazón directiva en diferentes niveles, de modo que sólo unos pocos puedan ser elegidos en un año determinado. Esto hace que sea más difícil para un postor hostil triunfar el control de la trabazón mediante una lucha por poderes en un solo año.
  • Derechos de voto diferenciales: Algunas empresas tienen diferentes clases de acciones (clases de acciones duales, por ejemplo) que tienen diferentes derechos de voto, lo que puede deslindar la capacidad de un adquirente para acumular poder de voto. Algunas personas secreto, como los fundadores de la empresa, pueden acoger acciones con 10 veces más votos que las acciones normales, por ejemplo.
  • Fusión defensiva: Cuando una empresa está preocupada por una adquisición hostil, puede intentar coger otra empresa y podría endeudarse mucho para hacerlo. Esta medida tiene como objetivo volverse menos atractiva para el adquirente potencial, pero suele ser mala para los accionistas. La empresa puede terminar cargada con demasiada deuda y un activo que no quiere o por el que pagó en exceso.
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¿Las adquisiciones hostiles son buenas para los inversores?

Las adquisiciones hostiles pueden ser tanto buenas como malas para los inversores. Los inversores pueden acoger una prima por sus acciones mediante una propuesta pública de adquisición o si se produce una adquisición. La mera amenaza de una adquisición hostil además puede sacudir a la gestión y obligarlos a implementar cambios favorables a los accionistas, como un aumento de los dividendos o la recompra de acciones.

Pero las adquisiciones hostiles además son una gran distracción para la dirección. Ocupan mucho tiempo de los líderes y pueden hacer que pierdan el foco de sus operaciones comerciales principales. Todavía podrían adoptar defensas que destruyan el valía para los accionistas, como adquisiciones sobrevaloradas o perturbación.

Secante de fondo

Para los inversores, una adquisición hostil puede crear tanto oportunidades como riesgos. Puede ser un buen momento para comprar acciones de la empresa objetivo para beneficiarse de la prima que el adquirente ofrece a los accionistas. Por otro flanco, los inversores deben proceder con cautela, ya que una adquisición de este tipo puede destruir valía para los accionistas si el adquirente se centra demasiado en los beneficios a corto plazo o si la dirección diluye las acciones para frustrar la adquisición.

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